lunes, 4 de junio de 2007

En Memoria a Carbón





Nunca habíamos tenido un perro porque a mi mamá no le gustaban. No recuerdo con demasiada nostalgia no haber tenido uno en la niñez más temprana, pero cuando Carbón llegó a nuestra casa la vida cambió. Mi mamá en un ataque de espontaneidad aceptó que aquel cachorro negro viviera en casa y sin duda nos conquistó con su ojos negros, su pelo negro, sus orejas negras, sus patas negras.

Era negro como una Caraota, no sé si les queda claro. Pero Caraota es un nombre espantoso para un perro. Entonces le pusimos Carbón que se parecía a él. Cuando lo llevamos al veterinario supimos que ese perro era más fino que todos juntos. Era un terrier escocés. Eso fue a principios del 2000. Carbón fue un perro que nació con el milenio.


Entre sus primeras hazañas estuvo la de comerse su propia cama y descubrir lo que sería siempre su mayor felicidad: la pelota. Recuerdo que los primeros días la metía bajo la cama, luego se metía él y luego no podía salir. Y uno, enternecido con el cachorro iba y levantaba la cama para dejar de escuchar su quejido. Pero él volvía. Y uno, regresaba religiosamente (arrecho) y le levantaba la cama.


En esos primeros años despertaba con la locura de Carbón y la locura de Marisandra, mi hermana. Ella le abría la puerta a las 6 y pico y el perro me lamía la cara hasta que yo despertaba. Ya se sabe que todos los perros se parecen a sus dueños y carbón era loco y temperamental como todos nosotros.

Con el paso del tiempo descubrimos que no toleraba el “cumpleaños feliz” ni siquiera podía escucharlo en televisión. En la medida que fue creciendo se hizo un perro solemne, a veces demasiado serio para ser un perro y demostró su favoritismo por mi mamá, parándonos bola a los demás sólo cuando ella no estaba o estaba ocupada.

Carbón fue un irreverente. Nunca le dio la gana de hacerse el muerto, ni de dar la vuelta, ni de dar la pata. Al contrario ante la increpación de “Ven, Carbón”, el pana te miraba con cara de “¿Cuánto hay pa eso?

Sin embargo y a pesar de su carácter de negro pretencioso, Carbón fue nuestro primer perro. Fue el primer niño de la casa prácticamente, le pusimos mil apodos, dormimos con él, le cantamos cumpleaños los últimos siete quinces de noviembre, aunque se molestara con nosotros porque de pana odiaba el cumpleaños feliz.


Escribo todo esto porque hoy un conductor esquizoide atropelló a mi perro y gracias a él ya no tenemos perro. No sé si es muy cursi escribir esto pero quise expresar de alguna manera cuánto voy a extrañar a Carbón. Recuerdo en esta onda nostálgica que la primera película que vi en el cine fue Todos los perros van al cielo. Ojalá que Carbón sea el negro más bello del cielo de los perros y que cuando llegue lo reciban con un partido de fútbol que seguro le gustaría.

11 comentarios:

flequillo dijo...

Todos los perros van al cielo. Eso está más que seguro. Y estoy convencida de que muchos de los ángeles que nos cuidan son perros (son más fieles que cualquiera).



********Siento que odio a los conductores imprudentes que matan perritos inocentes*********

elchamodel114 dijo...

Maga:
(k)!!!

Pablo dijo...

no... no es cursi... extrañar a "alguien" que te quiso y que quisiste... jamás lo será... (Si esa comiquita la hubieran hecho en Latinoamérica tal vez hasta la habrían titulado "Todos los carbones también van al cielo")

Pablo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
hijo dijo...

a estas alturas no voy a decir "mmm, qué bonito olía ese perrito", no. por el contrario, cada bolsa de tostitos, rufles o golpe (bolsa chuchera que combina varios pasapalos) me recordará exactamente a qué olía tu perro, ese mismo que me miró en par de ocasiones y no dudo en comunicarme que más pretencioso que él yo no podía ser. "date tu puesto, negro pajúo. el carbón de esta parrillada soy yo".

salud por el ascua a 4 patas.

Anónimo dijo...

Maga, me has hecho pensar en lo que sentiría si a mi perrita le pasara algo como esto...casi lloro!
Así somos de "cursis" algunas (con las mascotas al menos)

Me uno a tu dolor/arrechera/impotencia

Mis condolencias :(

Marcos Mendoza Saavedra dijo...

Maga, sin duda Carbón es digno de los mejores cuentos que se puedan narrar, aquí y más allá...

Carbón, gracias...

Manto dijo...

No puedo decir nada...
Sólo quienes hemos tenido esos miembros especiales en la familia entendemos lo importantes que son.
Un gran abrazo virtual

JhoJho dijo...

Ups! Que mal es perder algo a lo cual uno se acostumbro a tener o ver siempre.
Tranquila que seguro estara jugando con una pelota :)

Anónimo dijo...

Sabes del amor infinito que le tengo a estos seres espectaculares, sin importar su tipo de raza, color, tamaño, tono de ladrido, lugar de procedencia, olor, etc... Así que sabes que mi trsiteza es muy sincera y que comparto de verdad tus sentimientos en este momento...
Un beso inmenso

Anónimo dijo...

Eliminaron mi comentario! .. Hay pluralismo?