domingo, 6 de mayo de 2007

oidos neiked


Desde hace algunos meses atrás vengo padeciendo de un síndrome particular que, si bien no puede ser definido de abstinencia, debe ser algo bastante parecido. Estoy condenado a caminar por las calles de Caracas y recorrer varios de los espacios que componen esta ciudad sin ninguna armadura protectora que me haga sentir seguro.
Y no me refiero al simple miedo al hampa común, me refiero paradójicamente a haber sido víctima de ella misma. Hace unas cuantas semanas al llegar a mi casa me di cuenta que mi bolso estaba abierto y que mi juguete preferido: mi ipod; no estaba en su sitio.
Desde ese día soy prisionero de escuchar a la gente en la calle. A partir del momento en que a un mal viviente amigo de lo ajeno se le ocurrió despojarme de mi valiosa pertenencia, no sólo me hizo pasar la arrechera propia de momentos como estos sino que me obligó a volver a interactuar con una ciudad a la que le había negado uno de mis sentidos.
Bueno… ya que sólo queda la resignación, he aprendido a disfrutar de la carencia de un portal musical que me hacía creer el protagonista de muchos videoclips y me he dispuesto a hacer trabajo sociológico, espiando y robando (amor con amor se paga) conversaciones y comentarios ajenos.
Se escuchan cosas maravillosas cuando uno logra permanecer callado. Y este espacio va justo de eso. Me propongo escribir cuando los habitantes de esta ciudad me regalen cosas maravillosas de las que me pueda apropiar desde un rincón anónimo donde no me alcancen los tiros pero sí el olor a pólvora.
Este inventario de conversaciones sin contexto empieza con una en particular que llegó a mis oídos desde una mesa contigua en una tasca cualquiera en Chacao. Uno de esos silencios que siempre preceden a alguien diciendo una estupidez fue sucedido por esto:
(2 hombres)
- Ese lugar es arrechísimo…
- Claro… ¿Costa Rica no es una isla, pues?
¡Pam Pam! Aplausos
Espero vernos pronto cuando algo me encuentre en la calle

6 comentarios:

Rafa dijo...

Muy Bueno, aunque una verdadera lastima lo de tu Ipod, pero tienes razon, es asombroso lo que uno escucha si solo se presta atencion, cosas como: "señor un mp3 se puede imprimir". Saludos. RAFAMAN (Alias: Maestro Jedi)

Pablo dijo...

Chamo... qué rabia lo del Ipod... es un hecho, en esta ciudad tener un Ipod sinifica usarlo como todo menos como dispositivo portatil... es como un teléfono inalámbrico, condenado a desaparecer si sales de tu casa... bueeee...

+Ari dijo...

Fue mi carro que se lo tragó, yo lo sé!
Besoss*

Marcos Mendoza Saavedra dijo...

Tal vez ahora sea tu oportunidad de dedicarte a tu lado trovador o cantante de metro... Para que los demás te escuchen tambien, jeje.

La Maga Despeinada dijo...

Te juro que escuché el lunes pasado a dos panas conversando en altamira, y uno le dijo al otro "¡Te lo juro por Dolce & Gabana!" Mis respetos a todos mis amigos gays que los amo, pero creo que ni ellos podrían decir algo tan tan tan tan gay.

hijo dijo...

coño, ahora eres de esos q leen el periódico por sobre el hombro del tipo del bigotote, de los que en lugar de preguntar la hora, retuercen el cuello para verle el reloj a la jevita, de los que curiosean cuando la doña le dice a su compañera de viaje: "...chica, tenía el ojo así!"

todo sea por la prosperidad de este blog. adelante!