domingo, 20 de mayo de 2007

tírame una florcita

al igual que las colegas fiesteras XX, nosotros también vamos más allá a la hora de alguna celebración, un evento magnífico o un día de esos que tienen "especial" escrito en el cielo. nos rasuramos la cara. siempre con máximo cuidado, hojillas nuevas, y espuma abundante, incluso. nada de economías temporales, pues para un buen acabado de la obra, no escatimamos esfuerzos para lograr una precisión ginsu. luego viene la ducha.

aún cuando (al menos yo me considero así) somos relativamente pulcros, enjabonamos con mayor ahínco. ningún germen escapa y si queda alguno vivo, termina oliendo a limpio el pobrecito. aplicamos shampoo (siempre lo llamamos champú, pero la ocasión merece cierto grado de refinamiento inglés) y masajeamos el cuero cabelludo, pues en algún lugar leímos o escuchamos que tal práctica promueve una mejor salud capilar, lo cual a su vez, se traduce en un cabello (pelo, pues) más brillante, suave, sedoso y otros 8 ó 9 adjetivos publicitarios más.

salidos de la ducha, el cuidado que viene attachado a la expectativa se redobla. inspeccionamos la ropa, planchamos camisas, entalcamos zapatos y sacamos a la luz pública cadenitas, y mariqueritas varias que por lo general nunca usamos, pero que (en teoría) darán cierto valor agregado a nuestras acciones en el mercado.

se llama colonia o perfume? suena muy marico si digo perfume o agua de colonia?
qué aroma utilizar? importa acaso? .....mucho!

ésta dice "soy deportivo"; pero por otro lado, esta fragancia me da cierto aire adulto-contemporáneo; mejor me quedo con la clásica swiss army todo-uso.

nos miramos al espejo, en búsqueda de detalles perniciosos a nuestra imagen. a veces con tanta minuciosidad que al caer en cuenta del imbécil al otro lado del espejo, solemos soltar un desesperanzado "todo sea por".

y bueno, ahora a la fiesta, reunión o lo que sea que merezca tanto esfuerzo, y en definitiva, la traición al modus vivendi regular y al lema de vida que reza que de la simplicidad y la sencillez emana la belleza.

ahora bien, aquí es donde nuestro camino se separa del de las mujeres. si la rematrizada belleza de una hermosa dama pasa desapercibida a los ojos de un pavito en la disco, sólo puede significar una cosa: el tipo es un patán.

si la renovada imagen y la extraordinaria apariencia del galán pasan por debajo de la mesa sería plausible pensar que "aunque el mono se vista de seda..." o que "esa chencha lo que busca es un viejo con rial", o alguna otra teoría que no derribe nuestro ego. pero no.

esta situación legalmente significa que durante esa noche y todas las noches los cumplidos serán para ustedes, mujeres divinas. no nos quejamos, y de hecho disfrutamos, de nuestro lugar en esta dinámica interpersonal de la oferta y la demanda afectiva.

los hombres no nacimos para cumplidos. eso si, si nos lanzan uno, lo atesoramos para toda la vida.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahì va uno:
¡Què hermosura de hombre!

Anónimo dijo...

Grande hijo ! Lo de la swiss army nunca falla galán !

Manto dijo...

El viernes fuiste la estrella de la noche.
Te amo, mi sabrosón!!!!

Anónimo dijo...

"Si nos lanzan uno, lo atesoramos para toda la vida"
Ai loviu a lot!

Anónimo dijo...

Yo quiero ser parte de la oferta y demanda afectiva...por tí negrito hermosísimo que te robaste el show el viernes por la noche, y que fuiste el galán sabrosón del momento...no te puedes quejar, mira cuántos piropos llevas acumulados ya!
Je t'adore beaucoup