crónicas verdaderas de un mochilero imaginario (III)

crónicas verdaderas de un mochilero imaginario (III)

quien crea que en el mar la vida es más sabrosa es alguien que conoce las maneras traicioneras del azul profundo tanto como yo conozco los intríngulis de la farándula uzbeca: relativamente poco.tras semanas de vuelo circunstancial bajo la superficie de altamar, y como es de esperarse en esta clase de viajes, sobrevinieron las complicaciones.

para empezar, aquella infame tarde el conse finalmente logró descargar el archivo con las primeras tres temporadas de ghost whisperer por emule. aunque, en principio no hice demasiado caso a ello, no tardaría en darme cuenta de que un fanático nunca tendrá demasiado de jennifer love hewitt y sus historias de fantasmas. a esto súmensele los embates de un calamar gigante tocando la escotilla principal cada cuarto de hora en busca de salsa de ajo acompañado de amilcar rivero contando el chiste del cuatrimocho. las cosas sólo podrían mejorar, o eso quería creer.

tan instantáneo como un sobre de puré de papas maggi, el infierno se desató. no en fuegos, rayos ni centellas, sino en turbulentas y gélidas corrientes subacuáticas. nederberto se apresuró a extender el periscopio buscando una respuesta en la superficie, pero la imagen de una etiqueta que develaba la talla 43 de un zapato deportivo cuya marca no podemos mencionar, haría una terrible confesión que atizaría la llama de viejas disputas:

- er coño e su mae con usté, musiú! otra vé la misma verrga. quien carajo le dijo a usté que esa verga es tendedero, no jooooda.

el apenado pirenaico sólo atinó a mirarse los pies descalzos, pues de no haber sido por la pericia del capitán estaríamos cantando esta bossa nova tropicalísima de marcelo e seus periscopios.



en ese momento el capitán nemo observó el radar y notó que un objeto extraño descendía hacia nosotros con una velocidad vertiginosa. “ese es el rating de voltea pa’que te enamores” bromeó el conse, sin imaginar que segundos después descubriríamos (yo con asombro, ellos con terror) que se trataba de un avión de una compañía de encomiendas cuyo nombre no queremos mencionar.

el pánico se adueñó de la navecita tubular. “nos fregamos!”, exclamó nederberto, al tiempo que el profesor pier rompía a llorar. una vez más no presté mucha atención al asunto, pero luego, cuando incluso el conse le puso pause a su dvd, supe que se trataba de algo grave. “acelera, nojoooose. dale que si nos agarra tom hanks, estaremos perdíos. ese hombre ta más salao que los bollos navideños de nancy ramos!”.

al preguntar a qué se debía el alboroto, me explicaron que esta persona, cuyo nombre no deseo volver a mencionar porque ya lo hice, era una calamidad caminante.

- fíjate: ese carajo una vez metió a un burro en un hotel pa una despedía e sortero y se le murió. er muy coño e mae lo dejó en el ascensor. te imaginarás er arrecherón der de mantenimiento, no?. otra vez se le explotó un cohete y de vainita se mata; se enamoró de una caraja una vé y resurta q la tipa tenia cola e pescao. eso que llaman sirena, puej. y bueno, pa rematá, er carajo se perdió en er terminar de nuevo circo y hasta le dio una enfermedá venerea. le dió sida, pero lo grave no es eso, sino que se sarvó pero jodió a un poco e gente de una empresa que se gastó la pensión de un gentío en los tribunales.

- ese mister aquí no entra. ni que llore. advirtió el conse desde el baño.

ipso facto, me uní al conse en su afán de echar más leña a la caldera y así aumentar la velocidad del submarino. pronto nos vimos lejos del peligro, no sin antes sufrir unas cuantas calamidades más en el salón de fiestas de la nave, que no vienen al caso. lo cierto es que la costa ya estaba a boca de jarro. europa dejaba de ser un continente lejano para convertirse en una hoja en blancoen la que escribiría mil historias de amor, acción y dolor